El Túnel De Los Gritos


La leyenda cuenta que en un túnel situado cerca de las cataratas del Niraga ocurrió un horrible acontecimiento, por el cuál  hoy en día, muy poca gente se atreve a pasar por entre sus paredes.


Hace más de un siglo cerca de este túnel, había una pequeña aldea constituida de muy pocas casas.
En una de estas pequeñas  casas se alojaba una familia rota, rota por el dolor.


 El padre de esta famila, era un hombre violento a causa del alcohol.

No había día en el no le pegara, una paliza a su mujer y a su pequeña hija . La madre intentaba aguantar este maltrato, pensando que algún día su marido volvería a ser el mismo, que cuando se conocieron, pero por desgracia, nunca llego ese día. 




Temiendo por su propia vida y la de su amada hija, un día la madre se armo de valor y le plantó cara a su agresor pidiéndole el divorcio.
La reacción del hombre no fue para nada buena, y amenazo a su mujer con que iba a quemar la casa con ellas dentro , si intentaba alejarse de su lado con la niña.





La mujer harta de amenazas y de odiarse a si misma por haber dejado que le pusiera tantas veces la mano encima a ella y a su hijita, empujo con gran fuerza al hombre, derribándolo al suelo.


Acto seguido,  el marido se levantó, y dandole un puñetazo en la cara, la dejó sin sentido,  tirada en el suelo e incapaz de defenderse.




La niña asustada al ver que su padre seguía y seguía dándole una enorme paliza a su madre,  salió corriendo como alma lleva el viento, hacia fuera de la casa.




Mientras corría llorando y gritando muy asustada miró hacia atrás y vio como su casa ardia en llamas, el padre cumplió su promesa…
Ya cansada y abrumada, la niña al ver el túnel,  decidió meterse en sus  oscuras paredes para esconderse.




Pero no dio resultado…  su padre estaba en el principio del túnel, y en su mano, con la que tantas veces la había pegado, llevaba una lámpara de aceite apagada.
Ella intentó uir de nuevo, pero tropezó con una piedra, y cayó al suelo con gran fuerza… ya era demasiado tarde, por más que intentaba levantarse, se volvía a caer por el inmenso dolor en su pequeño tobillo.

El padre aprovecho para alcanzarla, roció de aceite lentamente su diminuto cuerpecito , ella cerró los ojos, y escucho el sonido de una cerrilla…



Los gritos de la niña fuero tan desgarradores que quedaron impregnados en las paredes del túnel por toda la eternidad.



Se dice, que si entras en este túnel e intentas encender una cerrilla, no podrás. Se apagará inmediatamente como si alguien la soplara y acto, seguido podrás oír los gritos de dolor de esta pequeña.


  


Twitter: @DivisionEnigma

Escrito y redactado por Estela

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